#MujerCatalina
Se anima a soñar. Catalina de María Rodríguez se animó a descubrir y concretar sus “Sueños dorados”; las demoras, contradicciones y las puertas cerradas no dejaron caer sus sueños.
Valiente, con coraje. Deja de lado los miedos para abrir surcos donde no hay. “Procurar tener un ánimo grande que es lo que se necesita y gran confianza en Dios que te ayudará” (Carta 1611).
Se deja llevar por Dios. Confía en el Sagrado Corazón. Puesta su confianza en Dios, luchó sola, sin otro apoyo que su fe. Verdaderamente, ella nunca tuvo experiencias extraordinarias de Dios. Esta confianza fue amasada con la fe en su Dios y la certeza de poder cumplir su sueño de un mundo mejor” (Palabras del obispo Juan Martín Yaniz).
Busca conocerse a sí misma. Es una maestra en el autoconocimiento, una adelantada para la época, y eso lo encontró en los Ejercicios Espirituales de San Ignacio.
Deja huellas. Sus pasos dejaron huellas imborrables aunque no inalcanzables para el siglo XXI; San Brochero confió en su capacidad para reformar la realidad y lo lograron.