27.07.2020. Comunicación @MadreCatalina, Hnas. Esclavas del Corazón de Jesús.
Las ilustraciones pertenecen a la Serie web “Inspiración” (www.madrecatalinademria.com www.esclavasargentinas.com).
Testimonio.
“Esta canción, Catalina, es una de las más queridas para mí; y para hacerla en el año de la beatificación, yo les pedí a varias hermanas, además de leer lo que se había escrito sobre ella, los libros de Silvia Somare ecj., pedirle que ella me mandara extractos de cartas, y también les pedí a varias hermanas amigas y laicas amigas que me compartieran “qué significaba la madre Catalina para ellas.
Y de lo que ya me mandaron fue saliendo el contenido de esta canción. Podría decir que los que escribimos tomamos ideas prestadas, en esta cadena que remonta hasta los comienzos del lenguaje me parece, vamos tomando ideas prestadas de otros y vamos construyendo sobre ideas de otros. Por eso esta canción no es mía, es patrimonio compartido y se las dedico especialmente a todas aquellas que me ayudaron con sus ideas, con su testimonio, con su cariño a madre Catalina, para poder poner por escrito estas palabras, que para mí es como la canción que condensa más esa figura fuerte, firme, y a la vez de ternura, de entrégate de mujer esclava y cristiana que fue Catalina y que sigue siendo en su espíritu para nosotras”. (Hna. Valeria González ecj.).
Letra
Mujer
en un tiempo para hombres,
tu fe te llevó a mover montañas,
y así fuiste voz para otras tantas;
y en Dios abrazaste tu bandera.
Mujer,
tus entrañas florecieron
de luz, que marcó la diferencia.
Y fue tu batalla allá en tu tiempo:
abrir nuevos surcos, nueva siembra.
SERVIR, SIEMPRE SERVIR
POR SER ESCLAVA.
OÍR LA VOZ DEL PADRE
COMO HIJA,
Y SER JUNTO AL CLAMOR
LA QUE ACOMPAÑA,
LA QUE REPARA Y AMA,
LA QUE ANIMA.
CON CRISTO SER EL FUEGO
QUE CONTAGIA
ESA PASIÓN QUE GRITA
QUE AÚN HAY VIDA.
LA MANO QUE RESTAURA
TODO ROSTRO
DONDE SE ESCONDE AQUEL
QUE RESUCITA.
Y fue tu camino el Evangelio.
Amar fue el programa de tu vida;
hacer que seamos más humanos
igual que nos enseñó el Maestro.
Llegar al pequeño y al más frágil;
volver a creer en el caído;
curar al herido y al cansado,
y dar tu confianza sin medida.