Muchas son las gracias concedidas por Madre Catalina de María. Se la invoca principalmente en casos de dificultades para tener hijos pero también con enfermedades concretas en donde se ha apreciado su poder de mediación ante Dios. Porque las gracias y milagros las hace Él; los santos o personas a quienes invocamos son los mediadores de ese favor. Sucintamente describimos el milagro aprobado por la Congregación de la Causa de los Santos.

La noche del 22 de abril de 1997 en la ciudad de Tucumán, en donde las Hermanas Esclavas tienen un Colegio, la madre de una profesora del mismo, de 58 años, sufrió un paro cardiorrespiratorio. Auxiliada por su hija junto a su esposo, es trasladada en el auto (de dos puertas) de un vecino y temiendo por los síntomas que estaba muerta, la llevaron a una clínica distante a varias cuadras, cuando llegaron veinticinco minutos después. Los médicos intentan la reanimación mientras la familia y amigas rezaban la oración a Madre Catalina, aunque sin saberla bien.

La sala de Schock Room del Servicio de Emergencias del Sanatorio Galeno, tiene un ventanal que da a un patio y por donde el esposo de la paciente se asomaba y cuando el médico lo veía lo alejaba, para que no viera a su esposa en ese estado. Pasados aproximadamente veinte minutos de vanos intentos para lograr que el corazón volviese a funcionar, el médico sale y les dice a los familiares que la señora había fallecido.

La hija y su papá le pidieron al facultativo que siguiera intentando pues estaban seguros que Madre Catalina también estaba actuando con ellos. El médico sin saber bien porqué, ya que había cumplido con todos los protocolos, hizo un nuevo esfuerzo y comprobó que aunque había decretado la muerte biológica, la señora comenzaba a tener actividad cardíaca, la hija expresa: “Nosotros seguíamos rezando por intercesión de la Madre Catalina por la salud de mamá”.

La trasladaron a la unidad coronaria para una mejor atención a la vez que diagnosticaron edema pulmonar y grave afección cerebral con lo cual el pronóstico de supervivencia era acotado y en caso que se diera quedaría con enormes secuelas.

También comenzaron las oraciones de las alumnas del Colegio, rezaban insistentemente por la curación de la mamá de su profesora. Inesperadamente al otro día, para sorpresa de su hija, la dejaron pasar a verla: ella hablaba correctamente, se movía y fue evolucionando de un modo asombroso, porque las personas con una cierta edad, si tienen dañada una parte del cerebro, no se puede recomponer y con tantos minutos sin oxigenación es casi inexplicable.

Estuvo internada doce días, más por precaución que por necesidad y regresó a su casa sin tener que realizar rehabilitación y sin ninguna secuela neurológica, ni lesiones posteriores; sigue haciendo vida normal a 20 años de aquella situación.

Cuando se obtenga una gracia por intercesión de Beata Catalina de María, rogamos comunicarlo por escrito a H.H. Esclavas del Corazón de Jesús (Arg.)