La sal, en buena cantidad, es muy buena y da energía. El sabor salado es el que ayuda a drenar las toxinas siempre y cuando se consuma de forma moderada. Pequeñas cantidades de sal facilitan que la energía fluya. En cambio, si se toman grandes cantidades, se produce el efecto contrario.
La certeza del amor del Corazón de Jesús es como la sal, aporta energía, ánimo, condimento a la vida, y más aún cuando nos sentimos débiles; energía que puede dar “sabor” a los lugares, hechos y personas que caminan con nosotros, como dice el Evangelio de Mt 5,13-16 “Vosotros sois la sal de la tierra”…
La cuarta certeza del Sagrado Corazón de Jesús es su misericordia ante nuestras debilidades o pecados. Esta certeza nos llena de consuelo y esperanza, especialmente en los momentos de debilidad.
El Corazón de Jesús llevó sobre sí mismo el peso de nuestros pecados y nos invita a dejar atrás nuestras cargas y recibir su gracia sanadora.
Sabor salado: el que da energía
La certeza del amor del Corazón de Jesús es como la sal, aporta energía, ánimo, condimento a la vida, y más aún cuando nos sentimos débiles; energía que puede dar “sabor” a los lugares, hechos y personas que caminan con nosotros, como dice el Evangelio de Mt 5,13-16 “Vosotros sois la sal de la tierra”…
Él siempre estará dispuesto a perdonarte y brindarte una nueva oportunidad. Su amor no tiene límites ni condiciones. Confía en su amor infinito, sabiendo que su misericordia te restaurará y te dará la fuerza para seguir adelante.
El corazón herido puede encontrar sanación en el Corazón de Jesús. Su misericordia es como un bálsamo que cura nuestras heridas más profundas.
La quinta certeza es que el Sagrado Corazón de Jesús nos fortalece con su gracia y su amor. Jesús nos da la fortaleza para levantarnos cuando caemos y nos impulsa a perseverar en nuestro camino.
Él entiende nuestras luchas y nuestras batallas internas. Conoce nuestras debilidades, nuestras caídas y nuestros errores. Pero su amor nos fortalece y nos anima a levantarnos una vez más para seguir adelante.
Te invitamos a escribir en un papel aquellas heridas, luchas, debilidades que quisieras que el Corazón de Jesús abrace con su amor… Deja ese papel cerquita de alguna imagen del Sagrado Corazón que tengas en casa, como gesto de confiárselo a Él…
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