Por Madre Marita Barrionuevo ecj.
Experiencia junto a la hna. Sonia Navarrete y la comunidad Wichi de Santa María (Chaco salteño).
Viendo que nuevamente la pandemia no nos permitiría ir en las vacaciones, como grupo misionero, se organizó en junio una campaña solidaria que recolectó alimentos, medicamentos, barbijos, y otras cosas útiles y se logró mandar con Gendarmería Nacional.
“Nosotros siempre los pensamos”
Las donaciones llegaron en el momento justo, estaban sintiendo el hambre, la falta de recursos y todo el impacto social y económico del Covid y por eso mismo todas las familias estaban muy agradecidas, porque como ellos dicen, “nosotros siempre los pensamos”. Pero por mensajes o llamadas telefónicas nos decían que nos extrañaban, que los niños preguntaban por nosotros, que cuándo nos iban a ver. Y por eso decidimos las hermanas, viajar en las vacaciones de julio y hacer una misión exprés, si se puede llamar así.
Es largo el viaje, pero aunque sólo fuera un tiempo corto de compartir con ellos el esfuerzo valía. Así que viajamos todo un día, dormimos en Tartagal y entramos temprano al Chaco salteño, fue muy emocionante llegar, parar a orillas de la ruta en la 1ra casa y ver a todos los niños correr a saludarnos, se prendían a nuestras faldas, ellos no saben de distanciamiento social, y así se repitió esta escena en cada familia que visitamos.
Salían a recibirnos
Salían a recibirnos y después nos sentábamos en círculo, adultos, varones y mujeres, adolescentes y niños a compartir un rato, hablar de la vida, de las cosas de cada familia, de los misioneros, preguntaban por cada uno, del virus, y muchas cosas más y en la oración, ellos nos enseñaban a confiar en la Providencia amorosa de Dios.
Fue muy emocionante, cuando en la familia de los Félix, muy numerosa por cierto, en la despedida, nos quisieron bendecir, todos levantaron las manos y oraron por nosotras en su lengua. Pedazos de cielo que Dios nos regala. Las mujeres nos mostraron sus artesanías, los varones nos contaron de la pesca y de la leña para el invierno y los niños querían jugar.
También nos trajeron para conocer a los niños recién nacidos en la comunidad, hijos de Celmiro, de Maribel, de Marcelo, en fin el tiempo era corto, pero el cariño inmenso. Recordaban como si hubiera sido ayer, la última vez que fuimos en diciembre del 2020. El tiempo es distinto para ellos.
Así terminó la misión
Así terminamos nuestra misión, con el corazón renovado por el cariño y el saber que nos pensamos mutuamente.
Lo cierto es que cuando nos interesa nuestro prójimo, más cuando están lejos y son muy vulnerables, el amor y la solidaridad acortan distancias. Como grupo misionero de las Hermanas Esclavas queremos seguir estando presentes con la comunidad Wichi, dar a conocer su cultura, defender sus Derechos, especialmente Salud Educación y Agua potable para el pueblo Wichi!!