Fernanda Díaz, ecj.
Con el deseo de profundizar en el horizonte inspirador de nuestra misión, propuesto por el XXIII Capítulo General para este sexenio (2023-2029), los días 12 y 13 de abril tuvimos la experiencia de los Ejercicios Espirituales, en los que participaron miembros del personal de nuestros colegios de San y Mendoza, y voluntarias del Comedor Cura Brochero (Mendoza).
El retiro fue organizado por el Centro de Espiritualidad Sueño Dorado (San Juan) en equipo con la Hna. Carmen María Rauch ecj (de la comunidad de La Rioja), orientadora de de los puntos a rezar.
Los testimonios
Compartimos el testimonio de: Nuriana López Naceta, psicopedagoga del nivel Primario Colegio La Inmaculada de San Juan; de Natasha Soria docente del nivel Inicial del mismo colegio y Clyde, miembro del Centro de Espiritualidad Sueño Dorado, San Juan.
Nuriana: “Mi oración en el encuentro coloquial con el Señor:
“Jesús amado una vez más me recordás que tu Reino no trae consigo bombos, platillos… aplausos. Se da pequeño, humilde, casi invisible pero a la vez invencible. Hoy me acordé de tantas veces en las que tu Reino se inició de este modo en mi vida para después crecer y crecer por tu gracia y mi abandono confiado en Vos. Por medio de la Fe que Vos mismo me donaste. Y es aquí en lo conocido de mi existencia, en lo vivido de mi experiencia que me animo a decirte Si como aquel Si a mi marido en matrimonio, matrimonio que dio y sigue dando frutos de amor.
Aquel Si a la maternidad que trajo hoy a 3 mujeres admirables que solo Vos sabes hasta donde serán capaces de llegar. Ellas son tu regalo a Vos Señor te las sigo ofreciendo. Aquel Sí temeroso en mi vocación profesional en el que hoy me desempeño con “soltura” a pesar de los miedos, sabiéndome acompañada por Vos. El obsequio de aquellas semillitas de amistad que allí quedaron para no dejar jamás de crecer y cobijar. Te suplico que me ayudes a hacer de mi corazón tierra fértil para tu Semilla de mostaza, a ser harina favorable para que crezca con tu levadura. Te amo Señor!!!! Gracias por tu Presencia en mi vida. No me permitas jamás alejarme de Vos. Gracias por cada persona que me regalaste, que todas ellas te veneren conmigo en este momento y que tu BENDICIÓN llegue a cada una de ellas. Amén”.
Natasha: “Agradecer”
“Participar en el retiro ignaciano fue, sin duda, una de las experiencias más profundas y enriquecedoras de mi vida. Este día y medio de retiro me brindaron la oportunidad inigualable de encontrarme no sólo con Dios, sino también con una comunidad extraordinaria de docentes comprometidos y apasionados por su fe y su vocación. Desde el momento en que llegué, sentí una paz que hacía mucho no experimentaba. El entorno, rodeado de la impresionante naturaleza de Pocito, facilitó un espacio perfecto para la reflexión y la oración. Los ejercicios ignacianos nos guiaron a través de la meditación profunda sobre las Escrituras y nuestras propias vidas, invitándonos a un diálogo íntimo con Dios.
Una de las partes más impactantes del retiro para mí fue poder agradecer. Agradecer a Dios, a la vida, a mi familia, a mis compañeros, compañeras, a los organizadores. Este gesto de gratitud se convirtió en un ejercicio de liberación y reconocimiento de todas las bendiciones que frecuentemente damos por sentado. Quiero agradecer especialmente a todas las personas que hicieron posible este encuentro. La organización fue impecable, cada detalle cuidado con tanto amor y dedicación que solo pudo haber sido inspirado por un profundo deseo de servir y facilitar un verdadero encuentro con lo divino.”
Clyde: “En la cocina de los Ejercicios”
“Quería contarles, que este viernes, volví a vivir la experiencia del servicio a Dios, en la cocina de unos Ejercicios Espirituales. Y sentir que renovaba, la actividad de la ORACION Y SERVICIO, desde otro lugar.
Lugar de ruidos a ollas, pavas silvando para el agua caliente, cuchillos cortando, apuros para hacer realidad el horario, aromas, risas, probaditas, ¿le falta sal?, complicidad, equipo, ornamentar el plato para el comensal! Todo para esa persona que quiere encontrarse con Jesús…
Lavar verduras, servir un plato, hacer limonada casera, iluminar la sonrisa de la hermana laica cocinera, es un SERVICIO DE AMOR, puesto en la ACCION DEL SERVICIO al hermano ejercitante.
Esto me traje hoy, muchas veces el Señor me regaló estar del otro lado, del ejercitante, del orante, del lector, del que escucha, el del ABRAZO CON JESÚS! Hoy, fue el regalo de otra forma, de otra manera mi ABRAZO CON JESÚS! El Señor nos regala el lugar, donde nos necesita!“.