El pasado 22 y 23 de marzo, como Familia de Madre Catalina vivimos con mucho entusiasmo y alegría el Encuentro Internacional de Equipos de Gestión de los Colegios de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús. El encuentro tuvo dos jornadas de formación para todos los equipos de gestión de los 16 colegios de la Congregación.
El ECE -Equipo Coordinador de Educación-, organizó y propuso espacios y reuniones que permitieron escuchar las necesidades prioritarias de los colegios y de sus equipos de gestión. En estas instancias se receptaron dos importantes líneas formativas: Liderazgo de los equipos y Prevención y cuidado de los niños, niñas y adolescentes.
Reunirnos en el Colegio de María, en la Casa Madre fue una gracia del Espíritu en este año jubilar en que celebramos los 200 noviembres del nacimiento de nuestra Madre Fundadora, Madre Catalina, una confirmación ver allí todas sus obras educativas de Argentina y Chile, representadas por más de 140 miembros de las comunidades educativas.
Con las palabras de bienvenida de la Madre General Inés Tessi, iniciamos con entusiasmo un trayecto formativo para las hermanas animadoras, representantes legales, directivos, coordinadores de pastoral y admistradores de nuestros colegios.
El Programa Trayecto Formativo Teórico Experiencial en Liderazgo y Trabajo en Equipo que permitirá a los Equipos de Gestión formarse y desarrollar competencias con la supervisión de los coaches de Aquí & Ahora Coaching y Consultoría a cargo de Cecilia Russo. Mirá esta nota.
En la segunda Jornada y en la línea de lo que expresa la oración del XXIII Capitulo General, la Madre Valeria González abordó la necesidad de generar “Ambientes Sanos y Seguros” en nuestros colegios. El abordaje de los aspectos legales de esta temática estuvo a cargo de las abogadas Alejandra Canllo y Nadime Sufan y seguidamente los equipos de gestión de los Colegios de Chile compartieron sus experiencias que nos animaron a seguir confiando en la riqueza que implica caminar y trabajar juntos.
Finalmente la misa, en la capilla de la casa Madre, pusimos en la mesa común lo vivido: rezamos, compartimos, nos escuchamos, dialogamos, nos formamos y pudimos regresar enriquecidos a nuestros hogares y colegios para encarnar esta experiencia en las comunidades catalinas.
