Viña del Mar, Chile.
La hermana Ester comparte su experiencia en la zona de los incendios en Viña del Mar; con hermanas y hermanos de otras congregaciones que llevan adelante la misión “Reconstruyendo esperanzas” desde Conferre de Chile y el obispado de Valparaíso.
Leemos su testimonio, ¡gracias, Ester!:
“El último fin de semana de abril me sumé a la misión “Reconstruyendo esperanzas” que Conferre de Chile junto al Obispado de Valparaíso iniciaron en la zona de los incendios en Viña del Mar.
Mientras recorría esos lugares iba tomando contacto con la devastación provocada por el fuego y al mismo tiempo me impactó la fuerza de una comunidad que casi sin descanso levantaba sus casas y la de sus vecinos antes que lleguen las lluvias.
Iban a recibir una visita muy especial… la imagen de la Purísima de Lo Vásquez.
Cuando ella iba ingresando algo empezó a transformarse: las lágrimas brotaban, la gratitud… sí, la gratitud en medio de tanta pérdida, fluía y fluía del corazón, se traslucía en sus rostros; María, la Purísima de Lo Vásquez, blanca y bella hacía su aparición por esos cerros, por esos lugares vacíos donde hace tan poco estaban sus casas.
Hna. Ester la primera religiosa de derecha a izquierda.
Mientras la camioneta que la llevaba avanzaba, se podía sentir esa gran bendición que emanaba de sus manos abiertas, su mirada compasiva que tocaba el corazón; niños de aquí y de más lejos encaramados al auto con sus caritas sorprendidas, sonreían y rezaban.
El abatimiento, la tristeza, el cansancio de ese pequeño grupo peregrino junto a María se iba transformando en consuelo: Ella estaba ahí, con ellos, su presencia viva, su dulce compañía… sí, la podían sentir.
Quienes los acompañamos fuimos testigos de un encuentro de María con sus hijos, los que sufren, los pequeños, los pobres y volvimos a casa con el corazón traspasado y a la vez consolado por el amor de María, por la fuerza y solidaridad de esa comunidad sufriente y finalmente agradecidos de poder caminar junto a ellos ese breve trecho del camino que hizo “arder nuestro corazón”.”
Esto ocurrió en Viña del Mar 2 y 3 de febrero de 2024