Escribimos esta reflexión en plenos días navideños, movilizadas por la ternura del Niño Jesús que nos vuelve a abrazar una y otra vez. Para avanzar por la huella de la proximidad: ternura y humanidad, los invitamos a dejarnos habitar por nuestros cinco sentidos, para descubrir la ternura en lo cotidiano. Para empezar, te regalamos la canción “Declaración de Domicilio” interpretada por el jesuita Cristobal Fones.
¿Con qué palabra, frase de la canción te quedas o guardas en el corazón?
Esta canción nos habla del regalo de la vida, del valor de lo sencillo, de la ternura en lo cotidiano, nos hace volver a lo esencial, que nos trae libertad y calma. Nos recuerda que somos parte de una comunidad humana y más aún de una comunión con la creación entera.
Que al leer este poema puedas sentir, que es Jesús quien te está hablando al corazón.
Hay que nacer de nuevo
Nací una vez,
a la luz, a la vida,
al ruido, a los olores,
al calor y al frío,
a los abrazos,
al hambre,
a los sabores,
a la saciedad,
al gusto,
a la música,
a la ternura,
a los encuentros.
Después,
pequeñas muertes
fueron matando sueños,
anhelos, inocencia
y pasión.
Si tú tiras de mí,
naceré de nuevo…
José María R. Olaizola sj
Para pasar por el corazón y si te ayuda lo podés escribir…
¿Qué te gustaría que Jesús haga nacer de nuevo en tu vida? ¿qué huellas de ternura intuís en tu vida? ¿a qué gestos de ternura te está invitando hoy Jesús?
Para cerrar esta propuesta te invitamos a que mires este video “El gran alfarero” en el que la ternura, la proximidad, la empatía, el amor, lo hace todo nuevo.