Día de la Inspiración del Sueño Dorado. Nuestro Ser en las Constituciones: Artículo 1

En este mes de Septiembre, mes de nuestro Instituto, queremos recorrer junto a diferentes personas sus fundamentos, que  se encuentran expresados en el Artículo Nº 1 de las Constituciones que orientan la vida de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús y que se hacen extensivos a la vida de toda la familia carismática de Madre Catalina.

El Artículo Nº 1 dice así: “El  Instituto de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, es una comunidad de vida consagrada religiosa, femenina y laical, apostólica y de derecho pontificio que bajo el lema AMOR Y DESAGRAVIO, está llamada a: Identificarse con el Hijos de Dios” el Siervo que obedece y sirve por amor”. Propagar el culto al Corazón de Jesús. Restaurar la imagen de Cristo en los hermanos.“

Madre Valeria Gonzalez ecj nos ayudará a comenzar este recorrido…

La familia religiosa de las Esclavas de Corazón de Jesús fue fundada por la Beata Catalina de María Rodríguez con la colaboración y el apoyo de P. David Luque, propuesto por ella como primer Director del naciente Instituto, y del P.  José María Bustamante SJ, quien, a la vertiente ignaciana  que ya impregnaba el pensamiento y la inspiración de Catalina, agregó la imagen del Sagrado Corazón como espiritualidad y devoción.
Tal como lo vivió Catalina en su vida de laica, cimentada en los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, el primer llamado de la Congregación, pensada de mujeres para servir en la promoción a otras mujeres, es:

“Identificarse con el Hijo de Dios, el Siervo que obedece y sirve por amor”

Por ello nuestra espiritualidad es cristocéntrica. En  muchas de sus cartas Catalina expresa con palabras de su época una actitud: conformidad con la voluntad de Dios.
Es lo que Jesús vivió plenamente, sus años de vida simple como pueblerino y sus años de predicación itinerante, su pasión y muerte en la cruz y su resurrección. En todo eso Jesús obedeció al Padre, anunció su reino y se hizo servidor de todos.
Por eso las Esclavas y todos los que forman parte de la familia catalina estamos llamados a vivir “en modo Cristo”, con sus actitudes y sentimientos, sus palabras y gestos. Es tarea de toda una vida. ¿Y dónde lo encontramos?.

Una fuente privilegiada es la Sagrada Escritura, septiembre es el mes de la Biblia. Estamos invitados a recorrer los Evangelios, caminar junto a Jesús, mirarlo y conocerlo internamente para que, de a poquito, se nos pegue su estilo. Cruz y resurrección son el final del camino que el Hijo de Dios quiso andar por más de 30 años como uno más de nosotros. Él se identificó con toda nuestra realidad humana para que mirándolo podamos identificarnos con Él. Decía que es un largo camino que lleva la vida entera, nada fácil. Necesitamos de todas las ayudas que Dios nos pone al alcance, necesitamos su gracia. Y más que por imitación esa identificación se da por contagio: mirarle, estar con Jesús, encontrarlo no solo en la oración y los sacramentos, sino también en cada persona. San Ignacio nos propone en sus Ejercicios preguntarnos: “¿Qué hizo Cristo por mí? ¿Qué hago yo por Cristo? ¿Qué haré por Cristo?”.

En la respuesta a estas preguntas se va forjando nuestra identificación con Él.