24.09.20. Huellas que dejaron las Esclavas. Comunicación @MadreCatalina Hnas. Esclavas del Corazón de Jesús.
Viajemos en esta nota a Villa Cura Brochero. Allí nos espera el Museo Brocheriano, que conserva el legado de nuestro Cura Gaucho. Es un lugar especial, en el que se respira fe y sencillez.
Al cruzar sus puertas, ese lugar toma otra dimensión, no solo por todo lo que perciben nuestros sentidos, sino porque nos encontramos allí con Nilda Matiello, la guía del museo. Nilda nos llevará a recorrer estas salas, pero también dará testimonio de la huella que las Hermanas Esclavas dejaron en ella.
Docente de profesión, Nilda recuerda que cada una de las hermanas con las que compartió en su paso por el Instituto, marcaron su vida. “Sí que dejaron huellas las Esclavas en mi vida. Huellas bien marcadas. Algunas como guías de ejercicios espirituales; otras, como misioneras, como amigas y consejeras”, rememora.
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Ahora, desde el Museo Brocheriano, ubicado en la que fuera la antigua Casa de Ejercicios Espirituales de Cura Brochero, Nilda destaca: “Las Esclavas nacieron en Córdoba, florecieron en Villa Cura Brochero y dieron sus frutos en todo el mundo”.
Pasado y presente en la Casa de Ejercicios
En la antigua Casa de Ejercicios, que Brochero comenzó a construir en 1875, las hermanas llegaron a recibir tandas de 700 ejercitantes. Este “hospital del alma”, como la llamaba el Cura, es hoy monumento nacional, no por el esplendor de su construcción sino por lo que representa: la obra de un hombre que trabajó por y para los pobres.
Como una de las guardianas de este espacio tan significativo, que pertenece a la Congregación de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, Nilda custodia una porción de este pasado de santidad. Pero sabe que también esas huellas son hoy presente en su vida. “Este modelo de mujer (en referencia a Madre Catalina) lo encontré en cada una de las hermanas que conocí y con quienes compartí momentos muy felices. Encontré empatía, comprensión y sobre todo el cariño de ellas”.
Conocer a Nilda es conocer a una de las tantas personas en las que Madre Catalina como modelo y las Hermanas Esclavas, como presente de su obra, impactaron de manera palpable y cercana. Su reflexión nos muestra lo profundo de este vínculo: “Mi corazón estará siempre agradecido hacia ellas porque fueron y son para mí un regazo amoroso donde puedo apoyarme cada vez que lo necesito”.