25 de Junio de 2019. Por Teresita Borello y Nicolás Bonsignori, Córdoba, Argentina.
Somos los papás de Jeremías (10) y Tadeo (8). A los 5 meses de vida de Jere le diagnosticaron microcefalia, síndrome convulsivo y parálisis cerebral. Supimos que iba a ser un camino difícil pero confiamos en que recibiríamos la Gracia.
Siempre lo sentimos nuestra “cruz de chocolate”, porque descubrimos que la discapacidad es esa misteriosa posibilidad de encontrar la felicidad de las Bienaventuranzas, es ver objetivamente el sufrimiento de nuestro hijo, su fragilidad que duele, pero también sabernos sostenidos y bendecidos.
En agosto de 2014, estando Jere internado en terapia intensiva muy grave por estatus convulsivo, rezábamos al Cura Brochero por un milagro. En esos días de tanto dolor nos dieron la estampita de una tal Madre Catalina y así la conocimos. Después de un mes en terapia, Jere, contra todo pronóstico, le dijo sí a la vida.
De tanto acudir a la clínica necesitábamos encontrar un colegio cerca para su hermanito, y así nos enteramos que el Colegio De María, frente a la clínica, era el de nuestra nueva amiga, Catalina. Por entonces, el Padre Roberto Giardino nos explicó la importancia que Jere recibiera la Comunión y Confirmación, para fortalecerlo y ayudarlo a transitar el día a día.Siempre lo consideramos pero por la inestable salud de Jere, no veíamos con claridad el momento indicado.
Las Hermanas Esclavas nos acompañaron en todo momento, haciéndonos parte de esta Gran Familia. Transitando el mes del Sagrado Corazón, sentimos el llamado a que reciba los Sacramentos. Cuando pensamos en la tarjeta de invitación nos vino al corazón la imagen de la Virgen de Fátima, con Brochero y Madre Catalina, quienes con ternura conducen a Jere hacia el Sagrado Corazón. El próximo 9 de Julio, será la gran celebración. Nos encomendamos a sus oraciones.