Los 27 Catalinos Octubre. Propuesta mensual Oración Familia Carismática. Mónica Ramírez San Juan.
Hagamos una pausa, les proponemos adentrarnos en el corazón virtuoso de Saturnina desde sus primeros pasos y a lo largo de toda su vida.
Ella recorrió el camino de aprender las virtudes que vivió en profundidad según los consejos evangélicos, lo vemos en distintos momentos de su vida cómo ella pobre, humilde y obediente se encamina para cumplir la voluntad de Dios.
Estas virtudes nos permiten hoy reconocerla como beata en camino a la santidad.
En este 27 Catalino de octubre los invitamos a reconocer las virtudes en el corazón de Catalina, como un trampolín a Dios. Estos son consejos para desarrollar el potencial del amor a Dios en nosotros, para ponerlos al servicio de los demás.
Catalina Pobre
Catalina y sus hermanas, siendo muy pequeños, tuvieron su primera pérdida. ¿Hay pobreza más grande para un ser humano que la ausencia de sus padres?
Desde pequeña y a lo largo de su vida como mujer laica, esposa y luego como consagrada, Saturnina supo de pobreza, de despojo; pero la misma fortaleció su corazón en búsqueda de la grandeza del amor de Dios, ensancho su confianza hacia Él.
“quedé verdaderamente sola, y tan sola que no tenía más consuelo en todos los instantes que recurrir a Dios, de quien todo lo esperaba, cuya confianza no me faltó jamás, ni en los casos más difíciles que se presentaron” Memorias.
Siendo hermana, intentó ayudar y motivar a sus Hermanas Esclavas a vivir en la pobreza; lo consideró algo muy importante para aprender a despojarse de todo aquello que no las ayudaba a vivir unidas al Corazón de Jesús.
Tal vez su expresión, en términos modernos, fuese “despójense de aquello que no ayude a vivir el 100% disponible al Corazón de Jesús”.
Cuenta la hermana Ana de la Cruz, “Catalina recomendaba vivir la pobreza evangélica. Ella la vivió, nunca ostentaba, era una virtud muy cuidada”. Reconocemos en sus propias expresiones este despojarse de algún gustito, alguna privación, algún sacrificio: “Qué lindo mostrarle el amor al Corazón de Jesús a costa de un sacrificio” Memorias.
Ensenó constantemente su pobreza de corazón al estilo de Cristo, pero con riqueza extraordinaria siempre al servicio de los más pobres: Amor a los más pobres: “Como usted sabe, todo lo que viene aquí se emplea en los pobres y en la gloria de Dios”.
Catalina Obediente
Obediencia es el distintivo de nuestra identidad como seguidores de Cristo, desde el ejercicio de la libertad. Sabemos que la obediencia nos identifica con el Siervo sufriente que “obedece y sirve por amor”, dicen nuestras Constituciones.
Obediencia es una palabra compuesta de “ob” que significa inclinarse y “audire” que quiere decidir oír. Es decir, inclinarnos para oír, inclinarnos para escuchar mejor y recoger la experiencia humana de oír a otros, como camino para crecer.
Pensar en Catalina obediente es reconocerla dócil al amor de Dios. De una de sus máximas escuchamos:
“Hijas mías le recomiendo la paz, la obediencia y la santa caridad”
“Una persona obediente jamás se condena, es una gran arma ante el mal espíritu”
Catalina era fiel a la voz de Dios, y a los medios que consideraba que venían de Él: obediente a su confesor, a la Iglesia, a la superiora. El padre David Luque, también siempre remarcaba en ella y en las Hermanas esta virtud, incluso en el epitafio de su tumba, como un legado, se lee:
“Esclavas del Corazón de Jesús obedeced hasta la muerte”
Catalina Humilde
Catalina, la santa del al lado, pura simplicidad y ocultamiento. Ningún gesto o actitud en ella indicaba a sus vecinos y a sus familiares su auténtico rasgo, su particular categoría de madre y madre de una gran familia. Siendo pequeña se hizo grande, como el Evangelio. Dejó todo el tiempo que su amo el Sagrado Corazón creciera dentro suyo en amor y reparación. Nada indicaba que tenía en su ser un gran sueño y que hoy, luego de tantos años, tuviera esta gran familia, y que en la Iglesia la reconoceríamos como una mujer camino a la santidad.
La humildad parece haberse adentrado en la dinámica de la pequeñez y grandeza en los umbrales de lo heroico.
Catalina en la humildad de su labor diaria, de su servicio y silencio hecho oración era verdadera discípula, siempre a la escucha atenta para encontrar en todas las cosas a Dios.
¡Qué legado nos deja Catalina con sus virtudes!
Asumir los consejos evangélicos es hacer camino. El camino no es buscar “ser el más grande”, el camino es recibir a Jesús. El camino en virtud no es dominar, el camino es reconocer nuestra pequeñez frente a la grandeza de Dios y querer que Él nos conduzca, aprender a amar y servir.
Tomémonos unos minutos, mientras escuchamos esta canción y dejamos que resuene en nosotros la invitación de Catalina a vivir estas virtudes en nuestra cotidianidad.
Los favoritos de Dios – Luis Guitarra
https://www.youtube.com/watch?v=4KB7lHTNOEU
Alégrense y Preocúpense – Luis Guitarra
https://www.youtube.com/watch?v=epkzWt4d0lY
Les regalamos algunas consignas para la oración de hoy:
- Pidamos la gracia para conocer: ¿Cuáles nuestro horizonte de sentido, según los consejos evangélicos? Es decir, ¿cuál es nuestro horizonte por el cual vale la pena orientar toda la vida?
- Pidamos luz para ver: ¿Qué nos impide dejar que el Señor sea en nosotros?¿Qué nos impide soñar con la salvación? ¿Qué necesito quitar de mi vida para ver verdaderamente?
- Pidamos sabiduría: ¿En qué espacio o con qué grupo de trabajo siento invitación a ser más pobre, humilde y obediente?