Llegada la Navidad 2017 y con la ayuda de Madre Emma fuimos al archivo de la Congregación de las Esclavas del Corazón de Jesús -Casa Madre- para conocer como vivían la fiesta de Navidad en la casa de Saturnina, nuestra Madre Catalina. Los escritos de la Hna. Ana de la Cruz Moyano, Biógrafa contemporánea, en 1914 que escribe en los “Apuntes” permiten recuperar algunos gestos navideños de aquella época.

En la familia en que vivió Josefa Saturnina con sus hermanas “eran muy piadosas”: siendo las principales devociones en aquella familia las de Navidad, del Dulce Nombre de María y de San José.

Todos los años hacían el Pesebre conmemorativo de la Gruta de Belén, tomando parte activa todo el personal de la casa. Navidad era para ella como un gran acontecimiento, esperado con mucha anticipación y al cual todo el mundo se preparaba no sólo con el ayuno prescrito por la Iglesia, sino con la novena y la recepción de los santos sacramentos y con los pañales; mortificación que consistía en privarse de las primeras frutas hasta Navidad.

Está claro que no todo era mortificación y sacrificios: llegado el día de la fiesta, hasta las sirvientas lucían traje nuevo, y la dueña de casa les hacía algún regalito.

En ese día así como en los de la Circuncisión y Epifanía se mandaban decir misas al Niño Dios en alguna Iglesia. Esta práctica continuó hasta la muerte de la Madre Catalina; pues ella heredó el Niño que pertenecía a las Orduña, y aceptó la obligación de mandar celebrar las misas en dichos días”.