“Hágase guapa, no vaya con la cruz arrastrando porque las Esclavas conforme al título, deben ser fuertes y animosas porque a trabajo fuertes se han comprometido” (Carta 12, Tomo III 1º Parte)

Audio: Paulina y Julio, Villa Dolores Córdoba, Argentina

Esta frase la escribe  Madre Catalina para sus hijas, pero podemos ver que nos dice hoy a cualquiera de nosotros… cómo podemos reconocer su riqueza para mi vida hoy.

Sus palabras me hacen recordar a otras del Evangelio “Toma tu cruz y sígueme” (Mt 16, 24), el mismo Jesús nos invita a tomar nuestra cruz, a no querer vivir nuestra vida sin reconocerla, sin abrazarla.

Podríamos preguntarnos ¿Cuál es esa cruz?  ¿Es que Jesús quiere que todos tengamos una cruz que llevar? ¿Elige cuál ponernos sobre nuestros hombros?, todas estas preguntas no coinciden con la imagen verdadera de Jesús, paciente, misericordioso, que ama a cada uno de nosotros y lleva nuestros nombres escritos en Su Corazón.

La cruz personal hace referencia a aquellos dolores, realidades, propias de nuestra vida, fruto de la libertad propia o de las personas que tenemos a nuestro alrededor, producto de las condiciones en las que vivimos. El dolor, es parte de la vida y no podemos negarlo.

Madre Catalina que conoce de sufrimientos nos da un gran consejo, que nos hagamos valientes ante ellos, que los reconozcamos y así se los entreguemos al Señor, para que él nos fortalezca y nos anime… y de esta manera unamos nuestros sufrimientos a los sufrimientos de Jesús.

Pidámosle a Jesús que nos ayude a reconocer cuál es esa cruz que tenemos en nuestra vida, pongámosle nombres, rostros, y luego pidámosle a Jesús la gracia de abrazarla y llevarla con ánimo.

Toma Señor mi vida, toma todo lo que hay en ella

Dame la valentía de mirar mi vida, mi historia, y abrazar todo aquello que me duele.

Que pueda tomar mi cruz, y con ella seguirte.

Dame la gracia de descubrir en ella aquello que el sufrimiento me enseñó,

Que al abrazarla pueda ir brotando en ella los frutos de tu redención

Confío en ti Señor.

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