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Domingo de Pascua. Aleluya! Resucitamos con Él

Domingo de Pascua. Aleluya! Resucitamos con Él

12.04.2020. Propuesta de celebración por M. María Silvia Fiorentino ecj.

Domingo de Resurrección 

Hola queridos Amigos, ya hemos comprobado que todo o casi todo lo podemos hacer desde nuestra casa y hoy no podemos dejar que esta cuarentena nos arrebate la alegría de la Resurrección por eso les proponemos una sencilla celebración en casa, tanto si estamos solos o acompañados pues en el Corazón del Señor no existe ni la distancia ni el tiempo y es ahí donde encontramos el refugio seguro, el consuelo y la verdadera alegría. Le pedimos al Espíritu Santo que nos ayude a vivir esta Pascua desde el Amor.

Canto: Sopla Señor https://youtu.be/bzSJL88cqIo

Signo de la Luz 

Si tienes una vela la enciendes para comenzar con el rito de la Luz, todo estaba en tiniebla y El al resucitar hizo claras y diáfanas todas las cosas.

Mientras prendemos esta Luz escuchamos el Canto:  Sé mi luz https://youtu.be/E-G34BJqM1Y

Le pedimos al Sagrado Corazón que bendiga especialmente nuestras casas tal como lo prometió y llevamos nuestra luz a un lugar elegido previamente

Bendecí, Señor, la puerta de mi casa

para que deje adentro el bien y afuera el mal.

Bendecí, Señor, la ventana de mi casa

para que la luz que me trae, me haga ver a los demás.

Bendecí, Señor, la mesa de mi casa

para que guarde siempre sitio al que no tiene su pan.

Bendecí, Señor, el techo de mi casa

para que sepa dar cobijo a los que andan sin lugar.

Bendecí, Señor, el cimiento de mi casa

para que firme sostenga nuestro diario trajinar.

Bendecí, Señor, el calor de mi casa

para que así se disipe todo frío y soledad.

Bendecí, Señor, el altar de mi casa

para que allí nos encontremos hijos de un mismo hogar.

Cantamos el Aleluya https://youtu.be/wUv9-T5XcfM

Palabra del Señor

  • Él había de resucitar de entre los muertos

Lectura del santo Evangelio según San Juan 20, 1-9.

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.

Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien quería Jesús, y les dijo:

-Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto. Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero elotro discípulo corría más que Pedro;se adelantó y llegó primero al sepulcro;y, asomándose, vio las vendas en el suelo: pero no entró.

Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: Vio las vendas en elsuelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte.

Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro;vioy creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

Reflexión

¡Qué Pascua distinta, diferente y al mismo tiempo real, despojada y verdadera!

Jesús resucitó de entre los muertos y así lo comprobaron los discípulos precedidos por María Magdalena, asustados y maravillados a la vez.

Pasamos la Cuaresma y a la fuerza, por miedo, por convicción, por obligación o vaya a saber por qué inmersos en una cuarentena de incertidumbre y desafíos permanentes.

Así debió ser este tiempo antes de ver el sepulcro vacío para los discípulos y para su Madre que lo tomó en sus brazos llorando por un hijo  que muere tan pronto!

La Semana Santa se nos adelantó a los cristianos y a la humanidad entera.

Sumergidos en la oscuridad vimos resplandecer la Luz que nos trae vida y alegría a un mundo que muchas veces le ha dado la espalda.

Hoy somos todos iguales ricos y pobres, blancos, amarillos negros, no hay distinción de raza y credo y ese queridos amigos es el mayor de los desafíos, de nada nos sirven las cosas materiales, los países más evolucionados y ricos del planeta son los que más sufren y tenemos que tenderles la mano. Les tenemos que seguir diciendo una y otra vez que Jesús ha resucitado.

El desafío es alegrarnos de verdad porque el Dios de la Vida resucita a su Hijo Jesús de entre los muertos.

Nunca antes pudimos entender tan bien esto, se abren los cielos y el mundo grita: ¡Aleluya!

Cada uno en su casa, nunca tan lejos y tan cerca, no con la carcajada falsa, no con la superficialidad en la que vivimos a menudo, no con el efímero fruto del alcohol o las drogas, sino con la alegría del Evangelio, profunda, sin estridencias, pero con celebración, con cato y rezos que salen del fondo del alma.

La que nace de un corazón que tiene fe y esperanza en este milagro de la Resurrección de Jesús que nos arrancó la de la muerte del pecado y nos hizo mejores, nos dio la posibilidad de gestos heroicos , de solidaridad sentida, de empatía por lo que le pasa al otro y eso queridos amigos es vivir resucitados con El.

Cantamos: Resucitó Misioneras de Cristo Resucitado https://youtu.be/c5Y4CT5wH2g 

Rezamos por el mundo entero  Aquí podemos hacer nuestras súplicas espontáneas y contestamos:

 “Te lo pedimos Señor Resucitado”

Oración final

Al final de mis días, sé mi auxilio, Señor.

Al final de mis noches, sé mi auxilio, Señor.

Al final de mis fuerzas, sé mi auxilio, Señor.

Al final de mis esperanzas, sé mi auxilio, Señor.

Al final de mis caminos, sé mi auxilio, Señor.

Al final de mis intentos, sé mi auxilio, Señor.

Al final de mis fracasos, sé mi auxilio, Señor.

Al final de mis desconciertos, sé mi auxilio, Señor.

Al final de mis abandonos, sé mi auxilio, Señor.

Al final de mis caídas, sé mi auxilio, Señor.

Al final de mis errores, sé mi auxilio, Señor.

Al final de mi vida, sé mi auxilio, Señor.

Canto Final https://youtu.be/-4M_VFfgdbc 

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