“Él no se hace sordo cuando, se le pide y se trabaja, por cosas que tanto le agradan” (Carta 4, Tomo III 1ºparte)
Escucha el Audio: Noelia y María José, Benín, África.
“Pidan y se les dará, busquen y encontrarán” El Señor nos deja estas palabras en el Evangelio para que estemos seguros que Él nunca hace oídos sordos a nuestros pedidos, Él más que nadie quiere darnos todo aquello que necesitamos para tener vida plena y construir así su Reino.
La diferencia es que muchas veces nosotros no nos disponemos a discernir aquello que pedimos. ¿Es realmente lo que nos hará bien? ¿Será esto que pedimos lo que construirá mejor su Reino, hará bien a las personas involucradas?
La mayoría de las veces nuestra mirada está sesgada, vemos sólo una parte de la realidad, sin embargo Dios la ve de manera completa. El nos dará abundantemente todo aquello que nos traiga bien en nuestra vida.
Por ello cuando pidamos, siempre hagámoslo con la certeza de que Él está escuchando, y junto a nuestra súplica, pidámosle también la gracia de dejarlo en sus manos y en su mirada amorosa, que conoce cuál es el modo y el tiempo para otorgárnoslo.
Carlos de Foucauld nos dejó esta oración que puede ayudarnos:
Padre, me pongo en tus manos, haz de mí lo que quieras,
sea lo que sea, te doy las gracias.
Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo,
con tal que tu voluntad se cumpla en mí,
y en todas tus criaturas.
No deseo nada más, Padre.
Te confío mi alma, te la doy con todo el amor
de que soy capaz, porque te amo.
Y necesito darme, ponerme en tus manos sin medida,
con una infinita confianza, porque Tú eres mi Padre.