08.09.2020. Letra y música Hna. Valeria González ecj. Nacimiento de la Virgen María. Jornada Nacional de la Vida Consagrada.
Testimonio de la autora
“Hoy 8 de septiembre estamos celebrando el nacimiento de la Virgen. Este acontecimiento no está escrito en la Biblia por lo tanto no conocemos los detalles, pero así cómo celebramos nuestro propio cumpleaños celebramos la vida de María, sus años en la historia los que le tocó vivir como mujer, como niña, adolescente, mujer de su pueblo.
Ella por todo lo que vivió, muchas cosas comunes a nosotros, puede comprendernos, sostenernos, acompañarnos, sabe de dolores, sabe de alegrías, de esperanzas, de angustias y por eso nos encomendamos también a ella.
Y hoy celebramos en Argentina también el día de la vida consagrada, por eso nos encomendamos a la oración de ustedes para que seamos fieles a nuestra consagración.
Les comparto esta canción que compuse para unos votos perpetuos, quería que de algún modo estuviera presente la Virgen del Valle y a su vez que fuera una canción universal.
Bueno, ustedes traten de descubrir dónde está escondida esto de la Virgen del Valle, a ver si si se dan cuenta, y que con esta consagración María nos reciba a cada uno de nosotros en el momento que estamos viviendo, un momento difícil y que también en esta canción podemos identificarnos. Feliz día de la Virgen y ella interceda por nosotros.” (Hna. Valeria González ecj.).
Letra
Hoy vengo a decirte gracias
por caminar a mi lado,
porque miro para atrás
y encuentro siempre tu mano.
Aun sin verte sé que estás,
antes y después conmigo.
En el llano y en el valle
tus brazos serán mi abrigo.
Aquí vengo, Madre mía,
recordando tus desvelos..
Te consagro en este día
cuanto soy y cuanto tengo.
Grábame en la memoria
para las noches del alma:
“Soy la Esclava del Señor,
que se cumpla su Palabra”.
Eres tú esa mujer
que ha dado luz a mi vida.
En tus ojos quiero verme
con el pasar de los días,
y permanecer de pie
en la hora dolorosa,
como tú Madre estuviste
con fidelidad de esposa.
Porque has sabido ser Madre,
quiero también ser tu hija,
y guardar dentro del alma
como señal tu alegría.
Cuando la vida dé rosas
o en medio de las espinas,
yo quiero repetir siempre:
Soy toda tuya, María.
