09.04.20. Por Hna. Constanza Lo Sardo ecj.
Propuesta para un momento de oración.
Te prepongo para el día de hoy, en este Jueves Santo en “modo cuarentena”, sumergirnos en un plan y en una respuesta: las de Jesús.
Antes de asomarnos, te invito a elegir el itinerario con el que sientas más empatía, el que hoy sientas que puede despertar tu gusto para orar, porque como dice Ignacio, No el mucho saber harta y satisface al anima, más el sentir y gustar de las cosas internamente” (EE2). En esta clave te invito a elegir alguno de los dos subtítulos para que te acompañen en este espacio que vas a disfrutar con el Maestro.
Un plan
¿Cuántos minutos, cuántas horas, cuántos días le habrá llevado a Jesús pensar y decidir sobre su forma de quedarse entre nosotros? Algo así a lo que podríamos llamar su plan maestro ¿Dónde habrá encontrado esa idea? Ese quedarse en un simple pedazo de pan, en algo sencillo, que estuviera al alcance de todos. Seguramente fue una idea que llegó a su pensamiento mientras buscaba cómo estar siempre con los que amaba.
¡Qué creativo fue su amor, y con qué fuerza se sostuvo! Tanto que los discípulos desconcertados luego de su muerte, volvieron a encontrarse allí, alrededor de la mesa compartida, buscando respuestas e intentando comprender qué sucedía.
Algunos planes en nuestra vida, tienen mucho de esto; de mirar lo cotidiano, de observar, de aprender lo que la vida misma nos enseña, de hacer una mirada retrospectiva sobre lo vivido, de tomarse tiempo para sopesar ideas y de decidir finalmente. Muchos planes surgen de sintonizar con los deseos profundos que empujan desde adentro de uno mismo, de esa fuerza interior que nos clama por plenitud, esos deseos que tenemos de ser mejores, de encontrar modos más plenos de vivir, e incluso de encontrar nuevos modos de vivir, acogiendo “lo que nos toca vivir”.
En esta línea, quiero compartir la experiencia de un sabio amigo que hace algunos días
compartiendo lo que nos pasaba en la cuarentena, él me contaba que hace algunos años tuvo que someterse a una operación a corazón abierto, un momento que sin duda sería como una de las tantas bisagras en su vida, un momento que lo invitaba a tomar decisiones. Antes de la operación decidió, tomarse unos días y encontrarse en su verdad, él era consciente que era posible la muerte luego de la operación, como también era posible una nueva oportunidad para vivir. Es así que se animó, en la intimidad con Jesús, a trazar junto a Él dos planes de vida, sopesando qué desearía que pase en su vida si sobrevivía y que pasaría si no. En esas jornadas de hondo encuentro se preguntó como quería que fuera su vida luego de la operación aquí en la tierra, o allá en el abrazo del Padre. Allí trazó con Jesús sus dos planes de vida, y se entregó completamente a lo que en la misma acontecería.
Esta experiencia, vivida personalmente lo llevó a conectar con este tiempo en cuarentena,
donde la humanidad entera, estamos de alguna manera obligados a estar encerrados, y donde podemos hacer la opción de convertir este tiempo en una oportunidad para volvernos al corazón, cara a cara con Jesús, como un amigo con su amigo, y trazar juntos un nuevo plan.
Esta experiencia compartida, nos puede ayudar a orar en el día de hoy. Jesús también eligió horas en intimidad con el Padre para soñar con el Reino y convertirlo en historia.
Puedes formular algunas preguntas que tal vez te vienen dando vueltas por el pensamiento y el corazón en estos días, o quizás te sirvan estas que te presento a continuación, es oportunidad para dar cabida a todo aquello que te oriente a encontrar un sentido profundo de este tiempo de quietud y de un silencio fecundo que puedes buscar.
¿Cómo te gustaría ser luego de esta cuarentena, de esta experiencia extrema que vivimos como humanidad? ¿Qué sumarías a tu vida, o que descartarías de ella?
Con el paso de los días vividos en esta cuarentena, seguramente Jesús te permitió valorar
muchas situaciones, personas, y medios. Tal vez reconociste algunas cosas que no son esenciales y que te hacían perder tu esencia, que te desconectaban de lo mejor de vos. Tal vez hay algunas actitudes que te gustaría intentar vivir, o quizás este estado de cuarentena te replanteó el deseo de vivir desde una nueva posición vital.
Puede ser un buen tiempo, en estos días para tomar papel y lápiz, y en una conversación con Jesús trazar un plan para vos, desde la creatividad del amor para este renacer que llegará. Que estos días de encierro nos ayuden para aprender de lo vivido, que nos arrojen luz sobre nuestra propia vida y de alguna manera “sacar provecho” (EE 106) como expresaría San Ignacio.
A Jesús, sus planes cuajados desde la intimidad del Padre, donde llevaba la experiencia vivida en su vida cotidiana, le valieron toda una historia que hasta hoy sigue viva, el Maestro sabe cómo orientarnos, podemos lanzarnos con confianza porque seguramente tiene una palabra para nosotros.
