Las comunidades educativas de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús fundadas por Catalina de María Rodríguez, tienen la costumbre de regalar a sus egresados una medalla del Sagrado Corazón de Jesús. Es tan importante como “compañera” de camino de los jóvenes, que muchos de estos con el paso del tiempo, vuelven al colegio para pedir otra ya sea porque se les gastó o la perdieron.
Esta medalla del Sagrado Corazón para los ex-alumnos, no es una distinción o un Recuerdo de lo que fue, sino herencia del carisma, y compromiso para vivir”.
Lleva impresa la imagen del Corazón de Jesús: Que Él sea el centro de sus vidas, el compañero de camino, el amigo que nunca falla. Llevarlo siempre, tenerlo, irradiarlo y descubrir su rostro en los hermanos, en los acontecimientos es la misión.
Ésta imagen muestra su Corazón que simboliza Amor, entrega, dulzura y amabilidad con todos. El mensaje para los jóvenes es “Ahora ustedes egresan del colegio y se lanzan a nuevos rumbos, es allí donde deben trasmitir el Amor del Corazón de Jesús, con sus palabras, sus pensamientos y acciones, con su vitalidad y ganas de vivir”.
Y la forma circular de la medalla, hace referencia simbólica al mundo; que se necesitan jóvenes que lleven y muestren que es posible vivir el Amor. También quiere ser un signo de Alianza entre los egresados y este Corazón de Cristo que las acogió.
Uno de sus dedos está señalando el Corazón. Jesús les dice. “Allí los llevo dentro a cada uno, tengo grabados sus nombres en mi corazón”.
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Egresado Claudio Pacheco del staff del Chaqueño Palavecino y ahora grupo los “Pachecos”