Le llamaba Jorgito y él a ella “la turca”

Le llamaba Jorgito y él a ella “la turca”

Silvia Somaré ecj. Libro “Buena Gente”.

Fue elegida presidenta de la Conferencia Latinoamericana de religiosas. Eso la llevó a viajar y pastorear por muchos lugares. Como era una tarea de mucha responsabilidad y dedicación, le pidió al Nuncio del momento que le nombrara un sacerdote para que le ayudara al modo de secretario. Ese sacerdote fue el joven Jorge Bergoglio, quien con poco más de 30 años la ayudó y con quien hicieron una linda amistad a pesar de que ella era varios años mayor. Le llamaba Jorgito y él a ella “la turca”. Entre las personas a quien llamaba y le llamaba era “Jorgito”, siendo ya arzobispo de Buenos Aires. Se mandaban cartas y ella le reprochaba la letrita chiquita que tenía. Cuando fue elegido papa, varias temíamos por su presión y quisimos darle un tranquilizante, Madre Martha dijo con sencillez: “el sagrario es mi tranquilizante”. Solía decir: Me cuesta ver al Jorgito Papa, hay que rezar mucho por él, tiene carácter fuerte pero se le pasa pronto.

Como presidenta de la Conferencia de Religiosas en 1987, cuando vino San Juan Pablo II a Argentina, dio un discurso (en el Estadio del Club Vélez Sarsfield) en nombre de todas las religiosas, fue interrumpida con aplausos (hasta por el mismo Juan Pablo quien al final la abrazó) tres veces y como no podía fallar, el padre Jorge Bergoglio, ya un jesuita con renombre, le envió una carta felicitándola y pidiéndole que rezara por la situación que le había compartido la última vez que hablaron y, a su vez la aconsejaba sobre lo que ella le había confiado. Para la Beatificación de nuestra fundadora, Madre Catalina de María Rodríguez en 2017, Jorgito, mejor dicho Francisco, envió una carta de felicitación dedicándole un párrafo entero a ella, a “la turca”. Es el siguiente:

En este día de la beatificación de la Madre Catalina quiero hacerle llegar mis sentimientos de alegría y la seguridad de mi cercanía y oración. En su persona agradezco a todas las hermanas el bien que me han hecho, y que siguen haciendo mirando siempre adelante con paciencia y coraje. Y si miro atrás también veo mujeres entregadas que lo dejaron todo en el seguimiento de Jesús, por supuesto que uno tiene personas preferidas y por eso en este recuerdo no puedo olvidar a esa gran turca santiagueña, Martha Miguel a quien debo tanto y de quien aprendí lo que significa, paciencia, mansedumbre y magnanimidad.

Con estas palabras de Francisco puedo decir a quien conoció a la Madre Martha que cuente quién fue ella y a quien no la conoció, pregunte quién fue ella.

Whatsapp

+54 9 2644 63-3828

Escribinos

hnasesclavasdelcorazondejesus@gmail.com

Llamanos

+54 9 3521 40-3550