Desde sus primeras páginas, La historia en manos de transgresoras nos introduce en un territorio donde la fe y el amor abarcan una obra que trasciende lo humano. Su autora comienza pintando una Córdoba apenas posterior a la Revolución de Mayo. Allí ubica una colosal e inevitable protagonista: la Iglesia; un marco de Fe liderado por la Compañía de Jesús, y finalmente, a nuestra heroína, Catalina de María Rodriguez (1823-1896). Personaje que a la autora le permite, a través de una prosa inteligente y aguda, rendir homenaje a las mujeres de esta tierra en el siglo XIX, y las transgresiones que ellas gestaron para legarnos una historia más humana e integrada.