27.12.20. Propuesta mensual Oración Familia Carismática. Agradecemos al Instituto Divino Corazón, Buenos Aires.
Muchos al ver su imagen quizás solo vean su vestidura. Sin embargo, su hábito refleja la forma en que siempre será recordada, su respuesta al llamado, el cumplimiento de su sueño dorado, la perseverancia y la humildad. Amor y reparación.
Los caminos de Dios son misteriosos y ella se propuso dar la vida por ese plan divino. Llegó a lugares que eran tierra de nadie para acompañar, para dar todo lo que hiciera falta, para ayudar a los que más necesitaban (en lo mucho y en lo poco), a niñas y a familias enteras.
A diferencia de otras grandes figuras del cristianismo, Catalina se crió en una familia que tuvo muchos altibajos, fue hija, sobrina, esposa, madre adoptiva, amiga, viuda, consagrada (hermana). Con absoluta confianza y amor dio lo mejor de ella en cada situación que le tocó vivir con absoluta confianza y resiliencia. La fe fue su refugio y motor para cambiar el mundo. Y si no cambió al mundo, le cambio la vida a muchas personas.
Su vida y acciones no solo se propagaron por escritos sino por el HACER. El registro de su amor quedó plasmado en los corazones de las personas que ayudó o de las que luego conocieron su vida.
Si preguntan sobre ella, la comunidad te responderá: que era alegre, que miraba más allá, que escuchaba, consolaba, amaba y reparaba corazones. Tenía empatía con el dolor del otro, sobre todo en los más vulnerables. Era Emprendedora, luchadora, fuerte, bondadosa, valiente, humilde, tolerante, serena, paciente, servicial y maternal. Perseverante, comprensiva, apasionada por el Corazón de Jesús.
Su vida nos invita a mantener vivo el carisma que Dios le encomendó:
Amando y reparando los corazones de todos los niños y jóvenes, acompañando y acogiendo a los vulnerables, motivando a la comunidad, formando en el amor, acompañando a familias, conteniendo, manteniendo el vínculo con los alumnos y con el carisma que nos identifica, comprometiéndonos, siguiendo adelante a pesar de las dificultades y adversidades, escuchando, siendo pacientes, serviciales, no perdiendo la esperanza, luchando por nuestros sueños, dándonos a los demás, estando presentes con amor y devoción al corazón de Jesús, reparando a través de palabras de aliento, invitando a amar a otros.
En este mes que rezamos especialmente por nuestros niños y jóvenes queremos recordar a nuestra Madre con esta carta que ella dirigió a una de sus alumnas de la Comunidad de Buenos Aires:
Muy querida hijita mía:
Tengo el gusto de dirigirle ésta para manifestarle la gran satisfacción y contento que he tenido al saber que usted sigue tan aplicadita, haciendo tantos progresos en sus estudios y portándose tan bien, lo que no extraño; porque cuando he tenido el gusto de conocerla he encontrado en usted un alma noble y dotada por Dios de bellos sentimientos.
Continúe mi hijita, con el mismo empeño; yo quiero que usted sea la alumna modelo de ese colegio; y que su papá vea recompensado con su aprovechamiento, el sacrificio que hace con tenerla separada de su lado…
Que nuestro Amo la conserve siempre en su gracia y creciendo su alma en virtud, como crece su mente en instrucción, son los deseos de afectísima en el Señor
Catalina de María
Que al ejemplo de nuestra Madre sigamos acompañando a nuestros niños y jóvenes para brindarles las herramientas que necesiten para la construcción de su proyecto de vida…
Rezamos juntos la oración a nuestra Madre, pidiendo por su pronta canonización
Oh Dios, que al inspirar a la Beata Catalina de María la fundación de una familia religiosa, llenaste su corazón de celo por la salvación de los hombres y nos dejaste en ella un ejemplo de humildad, obediencia y caridad, te rogamos completes tu obra glorificándola en la Iglesia entre los santos. Por Jesucristo Nuestro Señor, Amén.
Te invitamos a escuchar esta canción para terminar…Como Madre Catalina, animate a seguir…