Homilía P. Marcos S.D.B – Cuarto día de la Novena a madre Catalina – Misa desde la Capilla de la Casa Madre
“Grita de júbilo porque el Señor viene a habitar entre ustedes, en medio de nosotros. La alegría nuestra es porque sabe que el Señor viene a nuestro encuentro a habitar en medio de nosotros.
Madre Catalina una de las cosas que hizo, que nos dejó, que nos enseñó, fue eso, saber que el Señor estaba en medio nuestro. De ahí venía la alegría, el gozo, el júbilo. Si madre Catalina estuviese acá y nos viera estaría contenísima de vernos felices y contentos, porque la razón es que el Señor viene a habitar en medio de nosotros.
También el Señor nos invita a gradecer una característica que madre Catalina nos dejó a través de su carisma, el tema de la familia. Todo el que hace la voluntad del Padre es mi familia, dice Jesús.
Madre catalina es la madre de una gran familia, todos nosotros formamos parte de esta gran familia que Madre Catalina soñó. Madre Catalina escuchó la voz del Señor y dijo, yo también quiero una familia para el Señor, en donde nos reconozcamos como hermanos y hermanas. Nuestros lazos de hermandad se dan porque todos juntos como familia de la Madre Catalina intentamos hacer la voluntad de Jesús, intentamos seguir a Jesús, ser sus discípulos. Esa es la razón de esta gran familia que ella soñó, fundó y nos fue dando como un regalo para la iglesia: una familia que intenta hacer la voluntad del Señor.
En este cuarto día queremos agradecer por una actitud especial de Madre Catalina y a la vez, que la vemos como ejemplo, es una invitación para todos nosotros. Madre Catalina salía en búsqueda de los más necesitados, salía en búsqueda de los que estaban más lejos, de los que necesitaban una compañía, de aquello que más necesitaban de la presencia del Señor.
Podríamos decir que madre Catalina salía en búsqueda de los que se habían olvidado de la frase “alégrate, grita de júbilo”. Los que tenían una vida triste o solitaria madre Catalina salía al encuentro de ellos para consolar y ¿qué hacía para consolar? Visitaba, buscaba, escuchaba, aconsejaba, era portadora del consuelo del Señor.
Que esa sea la invitación para todos nosotros, familia de madre Catalina, viendo su testimonio y escuchando su invitación ser capaces de consolar a los que más necesitan. Nos podríamos preguntar cada uno en este momento quién puede estar necesitado de un consejo, una palabra de aliento, y con ese solo gesto puedo ser como madre Catalina, un instrumento del consuelo de Cristo”.