11.06.2020. Comunicación @MadreCatalina – Elaborada por Hna. Carolina Alberici ecj. Hnas. Esclavas del Corazón de Jesús.
NOVENA AL CORAZÓN DE JESÚS
“Valoremos la vida con Amor, contagiemos la esperanza con reparación”
SEGUNDO DÍA: “Amor donde todos tenemos un lugar”
Nos Ponemos en presencia de Dios.
En este Segundo día de la novena, te invitamos a que pongas ante el Corazón de Jesús la vida de las personas que conoces, tal vez no recuerdes a todos en este momento, pero a medida que vayan llegando a tu Corazón, a tu memoria nombralos, hacelos presente…
Corazón de Jesús te presento a las personas que me dieron la vida y aquellas que con sus vidas fueron marcándome nuevas luces, nuevos rumbos…
Pongo en tus manos a aquellas con las que tuve diferencias, dificultades, desencuentros, heridas, porque a través de ellas fui descubriendo otros matices de mi vida…
Te entrego a quienes hoy habitan de manera particular mi corazón, a quienes más quiero, a quiénes me preocupas, a quiénes me acompañan…
A todos ellos te los confío Señor. (Confío de Jessed).
Corazón de Jesús en tu misericordia todos los hombres de la historia tenemos un lugar, tu amor nos convoca, nos anima, nos fortalece, nos espera, nos enseña…
Cada entretejido de la historia humana, aunque muchas veces no lo comprendamos o aceptemos, en lo profundo de Tu Corazón tienen una posibilidad de reparación, de renovación, se sanación, de perdón.
Que en los distintos momentos de nuestra vida podamos siempre abrirnos a este manantial de misericordia donde siempre tenemos un lugar…
Consagremos nuestra vida al Corazón de Jesús.
Rezamos el Acto de Consagración
Rendido a tus pies, ¡Oh Jesús mío!, considerando las inefables muestras de amor que me has dado y las sublimes lecciones que me enseña, de continuo, tu adorable Corazón, te pido humildemente, la gracia de conocerte, amarte y servirte como fiel discípulo tuyo. Para hacerme digno de las mercedes y bendiciones que generoso concedes a los que de veras te conocen ama y sirven.
Mira que soy muy pobre dulcísimo Jesús y necesito de Ti como el mendigo de la limosna que el rico le ha de dar, mira que soy muy rudo oh! Soberano maestro, y necesito de tus divinas enseñanzas para luz y guía de mi ignorancia. Mira que soy muy débil, oh! Poderoso amparo de los débiles y necesito apoyarme en Tí para no desfallecer.
Sé todo para mí, Sagrado corazón: Socorro de mis miserias, lumbre de mis ojos, báculo de mis pasos, remedio de mis males, auxilio en toda necesidad. Tú me alentaste y convidaste cuando con tan tiernos acentos dijiste, repetidas veces en tu Evangelio: “Venid a Mí, aprended de Mí, pedid, llamad…” a las puertas de tu corazón vengo hoy, y llamo, pido y espero.
Del mío te hago formal y decidida entrega: tómalo Tú, y dame en cambio lo que sabes me ha de hacer digno en le tierra y dichoso en la eternidad. Amén.
Sagrado Corazón de Jesús, En Vos Confío.
