14.06.2020. Comunicación @MadreCatalina – Elaborada por Hna. Carolina Alberici ecj. Hnas. Esclavas del Corazón de Jesús.

NOVENA AL CORAZÓN DE JESÚS

“Valoremos la vida con Amor, contagiemos la esperanza con reparación”

QUINTO DÍA: “Amor que se ofrece y nos invita a ofrecernos”

Nos ponemos en la presencia de Dios

En este quinto día de la novena, contemplamos al Corazón de Jesús en su rasgo más entrañable, Dios que se ofrece compartiendo la vida con el hombre, que ofrece su cotidianeidad, sus palabras, sus enseñanzas sobre el Reino y por sobretodo ofrece su vida hasta el Extremo.

Desde su entrega en la cruz nos ofrece su propio Corazón como fuente de gracias, de comunión, de vínculo profundo con la Trinidad.

Te invito a que en este día contemples este Amor Hasta el Extremo. (Maite Lopez- Amando hasta el Extremo).

Hagamos propias estas palabras…

Autor: Charles de Foucauld

Padre, me pongo en tus manos,
haz de mí lo que quieras,
sea lo que sea, te doy las gracias.

Estoy dispuesto a todo,
lo acepto todo,
con tal que tu voluntad se cumpla en mí,
y en todas tus criaturas.

No deseo nada más, Padre.

Te confío mi alma,
te la doy con todo el amor
de que soy capaz,
porque te amo.

Y necesito darme,
ponerme en tus manos sin medida,
con una infinita confianza,
porque Tú eres mi Padre.

Pidámosle al Corazón de Jesús la gracia de conocerlo en la profundidad de su entrega para unirnos a ella y ofrecernos de todo corazón… “Se todo para mi Sagrado Corazón”.

Rezamos el Acto de Consagración

Rendido a tus pies, ¡Oh Jesús mío!, considerando las inefables muestras de amor que me has dado y las sublimes lecciones que me enseña, de continuo, tu adorable Corazón, te pido humildemente, la gracia de conocerte, amarte y servirte como fiel discípulo tuyo. Para hacerme digno de las mercedes y bendiciones que generoso concedes a los que de veras te conocen ama y sirven.

Mira que soy muy pobre dulcísimo Jesús y necesito de Ti como el mendigo de la limosna que el rico le ha de dar, mira que soy muy rudo oh! Soberano maestro, y necesito de tus divinas enseñanzas para luz y guía de mi ignorancia. Mira que soy muy débil, oh! Poderoso amparo de los débiles y necesito apoyarme en Tí para no desfallecer.

Sé todo para mí, Sagrado corazón: Socorro de mis miserias, lumbre de mis ojos, báculo de mis pasos, remedio de mis males, auxilio en toda necesidad. Tú me alentaste y convidaste cuando con tan tiernos acentos dijiste, repetidas veces en tu Evangelio: “Venid a Mí, aprended de Mí, pedid, llamad…” a las puertas de tu corazón vengo hoy, y llamo, pido y espero.

Del mío te hago formal y decidida entrega: tómalo Tú, y dame en cambio lo que sabes me ha de hacer digno en le tierra y dichoso en la eternidad. Amén.

Sagrado Corazón de Jesús, En Vos Confío.