15.06.2020. Comunicación @MadreCatalina – Elaborada por Hna. Carolina Alberici ecj. Hnas. Esclavas del Corazón de Jesús.
NOVENA AL CORAZÓN DE JESÚS
“Valoremos la vida con Amor, contagiemos la esperanza con reparación”
SEXTO DÍA: “Amor que contagia la esperanza que nos ayuda a nacer de nuevo”
Nos ponemos en la presencia de Dios
En el Sexto día de la Novena buscamos en el Corazón de Jesús la fuente de nuestra esperanza, el faro desde el cuál poder mirar más allá, la luz siempre nueva que nos alienta a mirar y tomar en nuestras manos la realidad que habitamos para encontrarle el sentido más profundo que esta conlleva.
En estos días las noticias de todo el mundo nos pusieron en alerta, nos asustaron, nos llenaron de incertidumbre, preguntas sin muchas respuestas. Como humanidad vamos a tientas buscando el sentido de la realidad que nos toca vivir.
Si volvemos la mirada a su Corazón, desde Él podremos ir descubriendo que nos trajo todo esto a la propia vida, descubriremos los tiempos que resignificamos en familia, los vínculos y cercanías que nunca habríamos pensado extrañar, los espacios que añoramos volver a habitar… ¿qué huellas va dejado esta vivencia en mi? Porque sino nos detenemos desde Él a pasar por el corazón lo que vivimos, esta oportunidad de resignificar nuestra existencia seguirá vacía, no habrá pasos dados, no habrá nueva vida empezando florecer.
Y el Corazón de Jesús quiere regalarnos esa nueva vida, quiere que en su Corazón encontremos la fortaleza para afrontar los nuevos retos, el descanso para desahogar nuestras preocupaciones, la paciencia para reconstruir una y otra vez los vínculos en casa y por sobretodo la esperanza que brota de su Resurrección, el mal ya no tiene la última palabra en la humanidad.
Mientras escuchamos esta canción traigamos a su Corazón los sentimientos y vivencias que en este tiempo nos han quitado la esperanza.(Oh Sagrado Corazón- Cristobal Fones).
Rezamos el Acto de Consagración
Rendido a tus pies, ¡Oh Jesús mío!, considerando las inefables muestras de amor que me has dado y las sublimes lecciones que me enseña, de continuo, tu adorable Corazón, te pido humildemente, la gracia de conocerte, amarte y servirte como fiel discípulo tuyo. Para hacerme digno de las mercedes y bendiciones que generoso concedes a los que de veras te conocen ama y sirven.
Mira que soy muy pobre dulcísimo Jesús y necesito de Ti como el mendigo de la limosna que el rico le ha de dar, mira que soy muy rudo oh! Soberano maestro, y necesito de tus divinas enseñanzas para luz y guía de mi ignorancia. Mira que soy muy débil, oh! Poderoso amparo de los débiles y necesito apoyarme en Tí para no desfallecer.
Sé todo para mí, Sagrado corazón: Socorro de mis miserias, lumbre de mis ojos, báculo de mis pasos, remedio de mis males, auxilio en toda necesidad. Tú me alentaste y convidaste cuando con tan tiernos acentos dijiste, repetidas veces en tu Evangelio: “Venid a Mí, aprended de Mí, pedid, llamad…” a las puertas de tu corazón vengo hoy, y llamo, pido y espero.
Del mío te hago formal y decidida entrega: tómalo Tú, y dame en cambio lo que sabes me ha de hacer digno en le tierra y dichoso en la eternidad. Amén.
Sagrado Corazón de Jesús, En Vos Confío.