«En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, Amén».
Día 10: DESDE LOS OJOS CORAZONADOS DE JESÚS MIRAMOS NUESTRA REALIDAD
“Jesús, quisiera vivir de tal manera en la sencillez de mi persona; escrutando los signos de tu venida hoy al caminar al interior de lo que cada día le pasa a mi hermano y me pasa a mí. Vivir de tal manera que me pregunten por Ti. Vivir de tal manera que cada noche pueda decirte: “mañana trataré de estar más atento a mis hermanos”. Lectura Mateo 11:28-30
“Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de Mí, que yo soy paciente y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga, liviana”.
Los tiempos de silencio de Dios en la historia, no son tiempos de inactividad, de lejanía, de indiferencia, sino de gestación de algo nuevo que crece en la soledad y la discreción,
Se trata de mirar desde el Corazón de Dios que está en Jesús, mirar no condenando, sino salvando, buscando ese trocito de vida, de buena intención, que siempre hay en todo lo humano. Mirada que no tiende a juzgar, sino a comprender, a ponerse en el lugar del otro. No es cerrar los ojos al mal, sino extender a otras personas la bondad del Padre, el amor de Jesús.
Dios siempre nos tiene en su Corazón; en Jesús nos pastorea y nos lleva sobre sus hombros de Buen Pastor, y no pierde de vista, en ningún momento su rebaño y el horizonte. Permanece fiel al lado nuestro, aun cuando crucemos por oscuras quebradas. Nos dice hoy y siempre. “Vengan a Mí, descansen en mi Corazón”.
Hoy te invitamos a entrar en esa mirada corazonada de Jesús, mirar desde su Corazón, paciente y humilde al mundo y a la historia. Y preguntarnos.
¿Qué novedad se está gestando hoy?
Con Madre Catalina entremos con confianza en este Corazón que nos ama hasta el extremo. “Mucho deseo verla y abrazarla en el Corazón de Jesús”. Consagramos nuestra vida al Corazón de Jesús. Rendido a tus pies…