Hna. Emma Elena Paulinelli. Vicepostuladora
Elementos simbólicos
El relicario es semejante a una custodia porque la Beata Catalina de María es eminentemente Cristocéntrica, amante de la Eucaristía, apasionada por el Corazón de Jesús: la inspiración del Instituto, que ella llama “su sueño dorado” se lleva a cabo cuando se dirigía, como de costumbre a la Iglesia de las Catalinas a adorar el Santísimo Sacramento.
Dos círculos concéntricos:
- El mayor revela la presencia del Señor, porque en Dios vivimos, nos movemos y existimos (Hech. 17, 28); Él es el que da la vida y aliento a todas las cosas, les ha prefijado el orden de los tiempos y los límites de su habitar (Hech. 17, 25-26).
- El círculo pequeño revela la vida de la Beata Catalina de María, cimentada en la espiritualidad ignaciana, centrada en Cristo: allí está manifiesta su reliquia para la veneración.
Cuatro cruces:
Éstas unen ambos círculos y sintetizan las diferentes etapas de vida de la Beata Catalina de María: soltera, casada, viuda y consagrada en la vida religiosa.
- La cruz de la izquierda refleja su primera etapa: infancia y juventud. A los 17 años tiene la experiencia de sus primeros Ejercicios Espirituales, allí percibe el llamado a la consagración, dedicándose con ahínco al servicio de los mismos y a las obras de misericordia.
- La cruz inferior: su vida matrimonial donde resaltan una gema que perteneció a un anillo y un prendedor de dama, próximo a éste a ambos extremos dos pequeñas piedras que nos hablan de sus dos hijos del corazón, Benito y Deidamia hijos del Coronel Manuel Antonio Zavalía y la tercera en la parte inferior, su hijita Catalina que muere antes de nacer.
- La cruz de la derecha su estado de viudez en el que nuevamente surge con fuerza la idea de concretar su sueño dorado. Después de siete años de luces y sombras logra fundar el Instituto que tanto anheló.
Las cruces laterales presentan cada una, cinco piedras de color que simbolizan las diez casas fundadas con ayuda del cofundador el canónigo doctor David Luque y en la cruz superior dos piedras que son las dos casas que funda personalmente: Buenos Aires en 1893 y San Luis en 1895.
- La cruz superior que presenta una mayor relevancia con piedras blancas transparentes y luminosas representa el Instituto que hoy se proyecta hacia el mundo entero cumpliendo el anhelo de la Beata Catalina de María: “Deseo que como ángeles veloces vuelen las Esclavas y se repartan por todo el mundo trabajando por la gloria de Dios” (Carta MC 149 30 06 1888).