SEGUIR EL PROYECTO EN TIEMPOS DIFERENTES. Hna. Claudia Aimale – Hogar Santa Magdalena (Santa Fe, Argentina).
Inicio del 2020
Cada comienzo de año se prepara con detalle, calidez e ilusión cada espacio del Hogar. Todo se dispone para recibir a cada una de las nenas que llegarán la noche anterior al inicio de clases. Algunas entrarán como volviendo de vacaciones a su propia casa y otras por primera vez darán pasos lentos y tal vez temerosos pero con la confianza de percibir en esta casa un lugar de amor y cuidado.
Así inicio el Hogar Santa Magdalena este 2020, con la alegría del ingreso de nenas nuevas y el crecimiento de las que ya hace tiempo vienen siendo parte de esta familia, preparando carpetas y alentándolas a vivir el año. Entre reencuentro, convivencia y aprendizaje nos encontró el 18 de marzo, día en que se anunciaba la cuarentena. Pensábamos que serían solo 15 días y no fue así.
Repesarse
Como equipo tuvimos que repensarnos. La misión confiada sigue estando en nuestras manos, las nenas y sus familias siguen siendo el sentido de esta obra. Han pasado los meses, las nenas no volvieron al Hogar y sin embargo podemos decir que celebramos con certeza que Madre Catalina nos mira desde el cielo, ella nos soñó y sigue sosteniendo su sueño. Nos reacomodamos, crecimos.
Nos acompañamos como equipo formándonos y pensando juntas como tender nuestras manos cada día, cada semana para minimizar el aislamiento en que la injusticia y la desigualdad pone a los más pobres. Nos organizamos permanentemente para que no quedaran más afuera de lo que ya estaban.
La escuela, los alimentos, la salud, los afectos fueron nuestra preocupación y desvelo durante este año. Llamadas por teléfono, insistencia, búsqueda por las redes sociales, fueron algunas de las tareas para garantizar la comunicación y el vínculo con las familias.
Confianza en la providencia
Querida madre Catalina el Señor sigue confirmando como suyo tu proyecto:
La providencia no dejo faltar jamás lo necesario para que cada semana las familias recibieran una pequeña ayuda. La preocupación de los socios tomo la forma de generosidad, no dudaron un instante en hacer su aporte. En el corazón de cada miembro del equipo del hogar, creció el amor por esta Obra, confirmando el sentido que tiene ayudar a crecer y dar oportunidad a las mujeres más desprotegidas.
Cada una de las nenas siguió vinculada al hogar. Aunque con el dolor de la ausencia de las nenas dentro del hogar podemos decir que este siguió siendo acogida para cada una de ellas.
