Nací en un paraje de campo de Jáchal, Villa Mercedes (156 km. de la ciudad de San Juan).
En este lugar la fe se transmitía por tradición oral, el párroco llegaba una vez al año por ser zona rural, para la fiesta de la Virgen de la Merced en el mes de septiembre.
Mi primer amor fue a la Virgen, que llegó de un modo muy particular, la capilla se abría muy poco pero una familia muy católica tenía una imagen de la Virgen y mi madre me mandaba los sábados a llevarles flores, ahí me encuentro con una señora que me contó la historia de la Virgen de Fátima y me cautivó.
A los 8 años mi familia se trasladó a la ciudad de Jácha donde podía ir a la misa los domingos, y recibir la formación de la Acción Católica. Sentía una atracción muy fuerte hacia el Señor sin conocer más que los libros que vendían unas hermanas paulinas, y “La historia de un alma” de Santa Teresita me marcó para toda la vida, lo leía y me imaginaba consagrada.
En 5º año mis padres decidieron que fuera al colegio de las Esclavas “La Inmaculada” (San Juan), ahí extrañé mucho pero empecé a conocer a las hermanas a través de dos primas ex alumnas que amaban a las hermanas y me hablaban de ellas con un gran cariño. Ahí empieza mi devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Entonces sin miedo me presenté a una consejera general que pasaba para contarle lo que sentía y tal vez me encontró una chica tímida, del campo, así que me aconsejó estudiar y seguir una carrera en el Instituto Universitario San Buenaventura, hoy Universidad Católica de San Juan, ahí donde éramos como una familia recibí más formación.
Durante el tiempo de la universidad viví una vida normal, el grupo era muy sano, había fiestas algunos enamoramientos, pero siempre volvía a ese ardor que sentía por dentro. En la presencia de Dios Él era el que me buscaba.
En diciembre de 1962 ingreso al Instituto de las Esclavas del Corazón de Jesús, fue difícil porque mi padre sufrió mucho esta partida, era la hija mayor en quien confiaba, como su predilecta, así que vencí este primer obstáculo e ingresé.
Además ya tenía 23 años, pasé por pruebas fuertes, como la operación del cáncer de mi madre a quien ponía en oración en la gruta de la escuela primaria. El Corazón de Jesús me sostuvo en ese momento que las hermanas creían que me iba a volver a casa.
Siento que estoy enamorada del Señor, soy muy feliz y he sido muy feliz en la vida religiosa, en esta etapa siento un “amor esponsal” con el Señor.
Valoro que Dios me eligió en un pueblo casi alejado del mundo, donde solo pasaba un misionero y el sacerdote vez al año, la formación no existía; y sin embargo de a poquito Dios me eligió y me preparó para abrazar la vida religiosa. Soy una hija del amor eterno de Dios Padre”.
FICHA PERSONAL
Nombre: Nidia de María Espejo ecj.
Edad: 79 años
Cumpleaños: 7 de Octubre
Lugar de Nacimiento: Jáchal, Villa Mercedes (156 km. de la ciudad de San Juan).
Comunidad actual: La Rioja
Ingresó al Instituto: 11 de diciembre 1962
Siento que estoy enamorada del Señor, soy muy feliz y he sido muy feliz en la vida religiosa, en esta etapa siento un “amor esponsal” con el Señor.