Delegación San Miguel.
Hna. Mariana Bergmann. Santiago del Estero.
En la delegación de San Miguel nos reunimos en la Casa de Ejercicios de Belén, Yerba Buena, Tucumán para dar comienzo a la Asamblea el día 21 de agosto compartiendo los primeros días con los laicos de las comunidades que conformamos dicha delegación y también con la participación de la comunidad de San Juan. La mayoría de los asistentes llegamos el día anterior y tuvimos la posibilidad de compartir una cena fraterna y empezar a compartir y conocernos. En total éramos 44 entre laicos y hermanas.
Empezamos recogiendo todo lo trabajado hasta ahora por cada una de las comunidades resaltando lo que fue común y también esos disensos que apuntan a búsquedas sinceras de las comunidades. Compartiendo con los laicos anhelos, sueños y elaboramos los horizontes inspiradores que deseamos lleguen al capítulo para que a la luz de ellos se propongan propuestas que los hagan vida. Fue un tiempo de Dios en donde hemos podido tocar y palpar las vulnerabilidades y fragilidades de cada una de nuestras obras y presencias del carisma y desde allí comprometernos con lo que hoy nos está gritando ser atendido. Ha sido una experiencia de mucha riqueza, de presencia de Dios, del Espíritu, pudimos percibir la necesidad de espiritualidad y lo actual y rico de nuestro carisma, nos hemos sentido invitados a hacernos cargo de este pedido. El martes 22, después del almuerzo y como una continuación de la asamblea concluida con los laicos, las hermanas comenzamos nuestra asamblea con un hermoso momento de oración.
La imagen de la tienda y la expresión “Extender la tienda” ha sido una constante en ambas asambleas, nos ha ayudado a centrarnos en los horizontes que queremos como religiosas, extender la tienda entre nosotras y en nuestras misiones y presencias, hoy es una invitación que el Señor nos hace.
Nos acompañó a lo largo de la asamblea Cecilia Russo, coach ontológico profesional, que nos ayudó a desarrollar la asamblea haciendo de ella una experiencia reparadora, sanadora, escuchándonos cada una desde sus propias realidades, edades, etapas y pensarnos juntas hacia adelante. Fue un construir juntas estos deseos profundos de Dios. Culminamos el jueves 24 con la celebración eucarística, luego el almuerzo fraterno con la esperanza de construir juntas el presente y futuro del Instituto para los próximos seis años.
Extender la tienda
Ha sido una constante, nos ha ayudado a centrarnos en los horizontes que queremos como religiosas, extender la tienda primero entre nosotras, que quizás puede ser incómodo porque estamos acostumbradas a un modo, pero bueno, es una invitación que el Señor nos hace.
Lo compartido con Cecilia Russo ha sido una reparadora, sanadora, de poder escucharnos cada una desde sus propias realidades, edades, etapas y pensarnos hacia adelante. Fue un construir juntas estos deseos profundos de Dios. Culminamos el jueves 24 con la celebración eucarística, luego el almuerzo fraterno con la esperanza de construir juntas el presente y futuro del Instituto para los próximos seis años.
Hna. Ivana Baloco. Delegada.
“La Asamblea Precapitular con los laicos, primero y luego solo Hermanas fue para nosotros una experiencia de Gracia, donde sentimos muy fuerte a Jesús en medio nuestro, en la alegría compartida, en mirarnos y proyectarnos juntos. Percibimos la belleza de la Iglesia siempre abierta a la novedad del Espíritu, dejándonos sorprender por Él en nuestro compartir sencillo y fraterno.
El Señor nos dio a gustar el “Que todos sean Uno” del Evangelio (jn 17,20) y eso nos llenó de un gozo y de una paz serena que nos lleva a comunicarlo a los demás, con ternura y coraje cómo las Mujeres del Alba”.
Testimonio de Cecilia Campos
Según la etimología, capítulo es la parte principal en las que se divide un escrito. Parafraseando esto puedo decir que el capítulo que celebran las hermanas Esclavas, tiene que ver con una relectura de lo que han escrito en estos últimos 6 años. Cada año forma sin duda parte de ese todo y es un capítulo de la Obra completa de madre Catalina, en la que escriben no solo las religiosas sino también los laicos.
Lo que se lee a lo largo de los años es enteramente enriquecedor ya que, la visión se amplía, las experiencias se multiplican. De estos días de asamblea puedo destacar las vivencias de mucha familiaridad, de respeto mutuo, de trabajo intenso y responsable por la búsqueda de la voluntad de Dios. Las coincidencias respecto a las reflexiones y a las propuestas han sido patentes. Puedo asegurar que todas y cada una de las personas que hemos participado, buscamos el bien común, queremos que la obra de madre Catalina perdure con su sello propio y creciendo en la calidad de las ofertas. Que el Sagrado Corazón nos sostenga.