Estos son algunos textos escritos de puño, letra y corazón[1] de Madre Catalina de María Rodríguez. Sus memorias reflejan qué siente la madre, qué la alegra, con qué sufre, en quién confía, qué ve, qué oye y que sueña.
Instrumento de Dios. En ninguna otra obra de las que ha habido y habrá de esta clase, resplandecerá más la bondad y el poder de Dios como en esta por la vileza de la persona elegida para ser instrumento de ella, por lo que espero que las personas que leyeren esta noticia tendrán mucho porqué alabar y bendecir al Señor. (pag.19)
Sueño Dorado. Desde aquel momento no pensé más que en verlo realizado: éste era mi Sueño Dorado. Cuando me veía con mi hermana no hablaba de otra cosa…era grande mi entusiasmo y decisión a pasar por todo para conseguir lo que deseaba, en lo que no tuve jamás la más pequeña alternativa a pesar de las más fuertes contradiciiones. (pag.21)
Peste del Cólera. Por primera vez vino a este pueblo la peste desoladora del Cólera, que me llevó dos de mis compañeras…en aquellos momentos pensé en que iban a quedar en nada mis proyectos pues estaba viendo desaparecer a las cooperadoras y esperó sin duda a que desapareciéramos todas, no se podía creer otra cosa en vista de los estragos que hacía este terrible azote. (pag.31)
Soledad. No fue ésta la única contradicción que sufrí en esta época, me faltaba aún mucho más. En diciembre de ese año se presentó mi única socia a pedir lo que le pertenecía, pues había perdido la esperanza de que la obra se realizace. Pude darle mil pesos que tenía y por lo demás le firé un pagaré…después de esto, sí que quedé verdaderamente sola y tan sola, que no tenía más consuelo que recurrir a Dios de quien todo lo esperaba, cuya confianza no me faltó jamás, ni en los momentos más difíciles que se presentaron. (pag.37)
Injuriada. Llegó el tiempo en que debía presentarme ante su Señoría[2] para lo cual tuve que buscar a un abogado que me acompañase, pues todo litis por justo que sea se pierde si no se defiende bien. Pasé muchas dificultades y angustias para conseguirlo..el abogado me acompañó y alegó con documentos y razones con que probó que no sólo no tenían derecho a cobrar sino que debían entregar lo que ellos poseían…el señor Obispo y su abogado creyeron que sólo debía quedar en mi poder lo invertido en mi terreno lo cual irritó a mi contricante y fui injuriada en aquel momento…yo le dije que el tiempo me reinvidicaría de la ofensa que me hacía. (pag.40)
Lucha en los inconvenientes. Después de esto seguí buscando casa para el objeto, pero no me fue posible conseguirla, ya por estar ocupadas, ya por el precio exhorbitante, de modo que no pude allanar esa dificultad. Así son las cosas cuando aún no ha llegado el tiempo destinado por Dios para su realización; pero como yo lo ignoraba seguía haciendo frente a los inconvenientes con la esperanza de conseguirlo. (pag.41)
Descanso y calma en el Señor. En mayo de 1871 estando en las mayores angustias sin imaginarme que pudieran tener fin mis penas, me vino una especie de luz sorprendente que me trajo un gran descanso…no sé el tiempo que esto me duró pero fue poco, luego volví a caer en las mismas amarguras. Esto mismo volví a sentir otra noche que, hablando con mi hermana Estaurófila me dijo que ella había estado con el Dr Luque quien le había ratificado todas las trabas que a mí me decía, manifestándole los deseos que tenía de que alguno de los padres de la Compañía se encargara de dirigirme. Fue tanta la impresión que me causó este desengaño con la idea de cuan pesada sería yo a este señor, que me separé de mi hermana como fuera de mí. Temerosa ella de que las excesivas aficciones me causasen enajenacion mental se puso a pedir a Nuestro Señor me hiciese ver las cosas tal cual ellas eran. Cuando llegué a la puerta de mi casa ya me sentí con el descanso y persuación que he expresado arriba, de tal manera que aún cuando hubiesen querido aflojirme no hubiese podido: en esa calma pasé la noche y el día siguiente. Estos momentos de calma me dio Nuestro Señor. (pag.46)
Mal de salud. El 12 de enero de 1872 salí al campo con el objeto de restablecer mi salud que se hallaba muy menos cabada, de donde regresé en marzo a continuar mis tareas de sufrimientos pues Nuestro Señor parecía no querer quitarme de la cruz. Cierto día en que reclamaba al Dr Luque sobre sus excesivos rigores por lo mucho que que agravaban mi salud, me dio que él no podía hacer otra cosa pues no estaba en su mano el tratarme de otra manera. (pag.49)
Nombre de la congregación. El nombre y carisma de la congregación fue iniciativa del Padre Bustamante: “Esclavas del Corazón de Jesús… siendo éste el título más honroso y adecuado, queriendo por una parte propagar el culto al Corazón de Jesús y por otra en la humildad dándonos un nombre que correspondiese a nuestro estado y a los fines que nos proponíamos. Para que se cumpliera al pie de la letra aquellas palabras de quien se humille será ensalzado, dio a nuestra pequeña congregación el título humildísimo de esclavas y luego nos ensalzó llamándonos del Corazón de Jesús…con él vive y espero que con él permanecerá siempre para la gloria de quien quiso ser nuestro Amo” (pag.56)
Misión. Con la admisión de noñas pobres y huérfanas dimos principio a ejercer la caridad y cumplir en algo los fines de nuestra misión (pag.57)
Caridad. Con motivo de tener en esta nueva casa más comodidad que en la primera se pudieron admitir otras niñas pobres y huérfanas sumamente necesitadas de asilo y protección… Todas pobrísimas, aisladas y por tanto dignas de ser admitidas en nuestra casa. (pag.59)
Los Jesuitas. El deseo de asemejarnos en cuanto pudiésemos a los Hijos de San Ignacio (jesuitas) hizo que pidiésemos al P Luque se añadiese al hábito el cinto y el rosario como lo llevan a quellos, pero él encontró razones para no acceder a nuestra petición (pag.64)…las Constituciones no eran sino las de San Ignacio, apropiadas a una congragacion de mujeres, siendo en la sustancia las mismas. (pag.79)
Discípulo de Jesús. El mundo nunca paga sino a sus amigos y los enemigos del mundo son los amigos de Dios. Ademas ser discípulo de Jesús y estar a su lado sin sufrir las injurias y persecusiones, es imposible. (pag.71)
El Cura Brochero. El Cura Brochero luego de que conoció nuestro Instituto formó el propósito de que fuesen las Esclavas a sevir la Casa de Ejercicios y proyectó hacer un colegio de niñas que fuese regenteado por las mismas. Ambos edificios construyó a expensas de la providencia, pues él no contaba con otros recursos. Su industria para creárselos ha sido admirable y no meno su heroica abnegación. (pag.80)
“Mi queridísima hija con mucho pesar he demorado hasta hoy sin contestar su apreciable cartita pero la falta del tiempo me priva de lo que yo más quiero y deseo…Yo me la imagino a mi queridísima hija muy adelantada en santidad … Yo la felicito por tantos triunfos que ha obtenido y le pido no olvide a su pobre madre que siempre anda como el cangrejo caminando para atrás, hágale aquella oracioncita que hacía por mi cuando estaba aquí pero hágasela con mucho fervor y ganas. Su familia sé que está muy buena no hay novedad ninguna”. (carta 28)
“Por lo que hace a no haberse despedido en particular de mí, esto siempre es mejor para mí, porque como soy tan floja siempre reúso lo que me hace sufrir, y el momento que usted me recuerda[3] fue muy amargo para mí por lo que hace a la pobre carne débil. Mucho le agradezco sus oraciones… Nada tiene que agradecer el que yo haya deseado traerla a mi lado con motivo de su enfermedad, porque este es un sentimiento muy natural de las madres creer que con nuestra vista y cuidados podemos sanar a los hijos…Que el Corazón de Jesús sea su defensa y consuelo en todos los instantes difíciles de la vida y muy en particular en los del espíritu” (carta 39)
[1] Los siguientes son extractos de las Memorias de Madre Catalina ordenados de modo cronológico y según ella misma las escribió.
[2] Se trata del Obispo de Córdoba quien la había llamado a juicio a instancias de un heredero de una socia fallecida. Esa señora había testado a favor de M Catalina por lo que ella consideraba que tenía ganado el juicio. Para contextualizar, en la época aún no se había sancionado el Código Civil
[3] Cuando salieron desde la Casa Madre para fundar en la Villa de Tránsito.