Francisco Hilal es riojano, tiene 20 años, estudiante de arquitectura, dibujó desde muy pequeño pero nunca imaginó dibujar el escudo Episcopal de monseñor Enrique Angelelli que figura en el centro del relicario principal. Participó del diseño de otro relicario, con forma de cardo, que fue destinado a la Parroquia de Chamical, donde se encuentran los restos de los beatos Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville.
“Para mí fue una experiencia muy gratificante, me hablaron para dibujar el escudo porque casi no existían dibujos en papel, entonces yo me guié del escudo que está colgado en la Catedral e intenté replicarlo lo más parecido posible. Después con el padre Pablo Delgado (encargado de la liturgia el ceremonial y maestro de ceremonia de la beatificación), le fuimos retocando los colores y detalles para que quede lo mejor posible”, explica Francisco.
“Después cuando el padre me habló para que diseñe los relicarios, lo primero que pensé que tenía una tarea muy importante, en la que tenía que ser muy cuidadoso. Ya dependía más de mí, pero tenía que pensar en el uso, y que cuando otras personas lo vieran iban a vivir experiencias muy fuertes.
“Partí de la idea de que los mártires estaban muy unidos en ese momento en La Rioja, y de ahí pensamos en los cardos, en la cruz pampa; leí las biografías para inspirarme y plasmarlo en el diseño. Al final salió algo que personalmente me dejó muy contento y que espero que funcione para la gente”, dice con optimismo el joven riojano.
“Creo que el trabajo valió la pena, estoy muy contento. Fue fuerte, sentía que estaba participando de algo histórico y que tenía en mis manos una responsabilidad muy grande. Siempre rezaba antes de diseñar (recomendación que me había dado el P. Pablo)”, expresa Fran como lo llaman todos.
En la misa de beatificación, las reliquias de los mártires-Beatos fueron llevadas en andas hasta el Altar principal por la sobrina de monseñor Angelelli, una hija del laico Wenceslao Pedernera, un sobrino de Gabriel Longueville y Luis Baroneto, acompañados con palmas por frailes conventuales llegados de distintos lugares del mundo.
El relicario que se utilizó en la celebración de beatificación fue comprado en Roma por el monseñor Colombo y el postulador general de la causa de los mártires riojanos el padre Damián Pátrascu OFM.
Fue acuñado en el medallón de bronce por el Taller Parodi Orfebre en Buenos Aires y los mismos orfebres realizaron la preparación del relicario; ya que por detrás de cada tapa dónde está guardada la reliquia de cada beato, tiene grabado el nombre del beato; y los otros dos relicarios fueron diseñados por el mismo joven Francisco y trabajados en el mismo taller.
En este link cobertura de los #mártiresriojanos por Prensa Madre Catalina.